BATALLA DE ALMANSA
Asociación 1707 Almansa Histórica

Declarada Fiesta de Interés Turístico Regional

HISTORIA

La batalla de Almansa se produjo durante el conflicto internacional de la guerra de sucesión española el 25 de abril de 1707 en Almansa (actual provincia de Albacete, en los límites entre Valencia, Alicante y Murcia, en España). En el enfrentamiento, las tropas de Felipe de Anjou (nieto de Luis XIV de Francia y, que había sido proclamado rey como Felipe V), mandadas por el duque de Berwick, derrotaron a las del archiduque Carlos de Austria, comandadas por Henri de Massue y el Marqués das Minas. La batalla no fue decisiva para el fin del conflicto internacional, pero sí abrió las puertas hacia el Reino de Valencia que, como consecuencia de esta batalla, fue ocupado por las tropas borbónicas (con mucha resistencia austracista); después sus fueros quedaron abolidos, junto con los de Aragón, tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta.

El ejército austracista contaba con una importante ventaja logística, ya que la superioridad naval angloholandesa le permitía abastecerse por mar sin problemas. La base de operaciones al inicio de la campaña estaba situada en Alicante, donde además se recibieron importantes refuerzos ingleses, el 8 de febrero, antes del inicio de las operaciones militares, llegó al puerto de Alicante una flota inglesa transportando 3 regimientos de dragones y 13 batallones de infantería. El abastecimiento marítimo permitió al ejército austracista salir en campaña a principios de abril, mientras que el ejército borbónico, que había sido forzado a extender sus acuartelamientos de inviernos por una amplia región, no pudo concentrarse para esas fechas.

El plan de operaciones del ejército austracista consistía en atacar Orihuela para amagar un avance sobre Murcia que encubriera su propósito real, que era trasladar el ejército a Aragón y desde allí invadir Navarra para aislar a Felipe V de la ayuda francesa. Se había desechado un avance directo sobre Madrid a través de La Mancha porque el ejército borbónico se hubiera retirado hacia sus bases, acortando sus líneas de abastecimiento y recogiendo refuerzos mientras que los austracistas tendrían que atravesar un territorio devastado por el enemigo en retirada, cada vez más lejos del centro de abastecimiento en Alicante.

El ejército marchó a Castalla y de allí a Fuente La Higuera, donde llegó el 10 de abril, pero allí el general Galway decidió cambiar el plan de operaciones. Había recibido información de lo desperdigado que se hallaba el ejército borbónico y decidió avanzar sobre él antes de que pudiese reunirse y recibir refuerzos. Los austracistas avanzaron sobre Yecla, adonde llegaron el 12 de abril, y después sobre Montealegre del Castillo, llegando el 14 de abril. En ambos casos el ejército bórbonico, todavía insuficientemente preparado, hubo de abandonar las plazas, con importantes depósitos de víveres que permitían a los austracistas abastecerse en su avance. Además, se perdieron buen número de carros del tren de abastecimiento. El duque de Berwick finalmente estableció su campamento en Pétrola, donde comenzaron a llegar refuerzos, y comenzó a organizar su ejército para la campaña.

Mientras tanto, el ejército austracista marchó sobre Villena, que tomó el día 17, pero el castillo, con una guarnición de 150 hombres, se resistió y hubo de ser sometido a asedio formal. El tren de asedio había sido dejado en Valencia a la espera de juntarse al ejército en su marcha prevista hacia Aragón, por lo que se formó una batería de asedio con 6 cañones de campaña, pero fueron incapaces de abrir brecha en las murallas medievales del castillo. Tras 7 días de infructuoso asedio, el 24 de abril los austracistas levantaron el campo. La semana perdida había sido vital para permitir al ejército borbónico recuperarse y organizarse.

Berwick mientras tanto había movido su campamento hacia Almansa, donde tenía un importante depósito de provisiones, calculados en 12.000 quintales de trigo, y además la llanura permitía pastar a la caballería. El 22 de abril ordenó que un destacamento de 2.000 infantes y 500 jinetes marchara a Ayora para reconquistarla, pues había sido capturada por una partida de miqueletes austracistas. Galway recibió información de este hecho, pero sus informadores exageraron el tamaño del destacamento hasta 8.000 hombres, y además le confirmaron que los refuerzos que se esperaban de Francia en el campo borbónico aún no habían llegado. Todo esto decidió al general inglés a avanzar sobre el enemigo a marchas forzadas esperando encontrarlo en inferioridad numérica y bien obligarlo a combatir o a abandonar el gran depósito de Almansa.

En el invierno de 1706, Carlos tiene su corte establecida en Valencia. Sus mandos militares, el portugués Antonio Luis do Sousa, Marqués Das Minas y el hugonote francés Henry Masué, Conde de Galway deciden, a primeros de abril de 1707, avanzar sobre Madrid con sus 18.000 hombres entre portugueses, holandeses, ingleses, franceses protestantes y alemanes.

Felipe V, consciente de la proximidad de una derrota total, logra reunir un último ejército y le entrega el mando a James Fitz-James, Duque de Berwick, noble inglés católico naturalizado francés. Con sus 25.000 hombres cortará el paso de la ruta Madrid-Valencia en las cercanías de Almansa.

En su ejército hay franceses, españoles, italianos, belgas e irlandeses. Dos líneas de 6 km de hombre de 10 naciones diferentes lucharán sin cuartel. 5.000 de ellos morirán esa tarde. La batalla comienza a las 15h. con un breve duelo artillero de ambos ejércitos, al que prosigue el avance de la caballería española, en la zona del Cerro Montizón y Arroyo de Los Molinos, donde se trabarán feroces combates entre españoles y anglo-holandeses.

El contraataque aliado en el centro, romperá las líneas borbónicas, que gracias al envío en su ayuda del regimiento de caballería Órdenes Viejo, y de las acertadas maniobras del regimiento de la Guardia Valona, logran estabilizar la situación en el frente de batalla. Berwick ordena entonces a la brigada de infantería franco-irlandesa Duc du Maine que apoyen a la caballería española en su nuevo ataque. La izquierda aliada es derrotada y perseguida. La infantería portuguesa de su ala derecha, abandonada por su caballería, será destrozada en las inmediaciones de la Casa de los Pandos. Trece batallones, entre ingleses, portugueses y holandeses, lograrán retirarse ordenadamente del combate y llegarán, casi de noche, a unas colinas situadas detrás de Casas del Campillo.

Allí serán capturados finalmente en lal mañana del día 26, en los llamados desde entonces Cerros de los Prisioneros, a 10 km de donde empezaron los combates el día anterior.

La victoria de su ejército deja abierto el camino para que Felipe V recobre en poco más de un mes el control de todo el Reino de Valencia y parte del de Aragón.

La Batalla de Almansa da un giro inesperado a la guerra, deteniendo la ofensiva Aliada en toda Europa.
EL FIN DE LA GUERRA: TRATADOS DE UTRECH Y RASTATT
Felipe V deroga, en junio de 1707, los fueros de Valencia y Aragón como estrategia de castigo al apoyar estos territorios al candidato austriaco. En la memoria popular del reino de Valencia se unen la batalla de Almansa y la derogación de los fueros: nace el mito “del mal d´Almansa”.

Felipe V será reconocido rey de España, en los tratados de Utrech y Rastatt de 1713 y 1714, pero tendrá que ceder todos los territorios hispanos europeos a Austria. Inglaterra conseguirá Gibraltar y Menorca.

La Guerra de Sucesión Española establece un nuevo equilibrio de fuerzas en Europa y marcará, decisivamente, el devenir histórico de la España contemporánea.

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